Desde nuestra reaparición venimos excitando al estudio de la sociedad al día siguiente del triunfo de la huelga revolucionaria. Para la sección correspondiente hemos recibido algo, muy poco; pero pensamiento individual, colectivo, nada. Es pronto, se nos dirá; tal vez las sociedades estudien, formulen dictámenes, discutan y luego publicarán sus trabajos.
Puede ser; pero no sabemos de sociedades que tal hagan; no hemos visto convocatoria alguna al efecto, á menos que lo hagan en secreto. En cambio es público que en Barcelona hay sociedades que tienen locales espaciosos y confortables en que se toma café, se juega á la manilla y al dominó y á veces al burro, donde toda la vida intelectual consiste en una conferencia sabatina de los chicos de la Extensión Universitaria en que se dan latas de fragmentos de ciencias, muy recomendables y muy apreciables en sí, pero á veces de dudosa utilidad, porque hay ocasiones en que los obreros salen de ellas como el negro del sermón.
Y la verdad es que el tiempo pasa y urge, la torpeza gubernamental arrecia, la irritación burguesa y sus pactos del hambre aumentan, la huelga general empuja, y de seguir así podrían venir acontecimientos que nos pillasen con las fichas en la mano ó embabiecados ante un señorito que nos hablase de los habitantes de la luna.
Creadas las sociedades de resistencia para la defensa de los trabajadores, no pueden defenderse mejor que estudiando, no ya la huelga general, que se impone y sobre la cual es preciso tener ya claro criterio, sino sobre sus consecuencias.
Primero, cada trabajador se ha de evitar la vergüenza de no saber qué contestar al burgués que le pregunte; «¿qué harían los trabajadores al día siguiente del triunfo de la huelga general?» y después es preciso que haya un criterio, determinante de una acción común, para oponerse á la reacción que intentarán los privilegiados, quienes tendrán en su favor su aun no extinguido prestigio, los restos del servilismo [prole]tario, la vacilación de los dudosos, [la testa]rudez de los rutinarios y la fuer[za de] la costumbre, todo ello aumenta[do con] las deficiencias iniciales, las di[ferencias] sectarias, los intentos de los [...]ciosos y la pasión y la inteligen[cia] muertas de los neutros.
Créanlo nuestros compañeros; es in[digno] de trabajadores serios, sobre [quie]nes pesa la responsabilidad de la [revo]lución progresiva de la humanidad [y la] reparación de todas las injusticias [socia]les, entretenerse en el juego [vergonz]osamente pueril de combinar [fich]as y naipes, sin otro fin que matar [tie]mpo, que es desperdiciar vida, una [espe]cie de suicidio parcial y una renun[cia] de las facultades y del poder, un [emb]rutecimiento, cuando tanta falta [hace] vivir para revolucionar el mundo, dando á la inteligencia y á la voluntad [aqu]ella elasticidad indefinida por no [dec]ir infinita de que es suceptible.
Otro día aguijonearemos más á nuestros compañeros societarios á ver si les clavamos el rejón hasta la fibra sensible en que hallan la dignidad, la vergüenza y el amor propio.
CERO
En el documento escaneado de la Fundación faltan letras del texto original que han sido proyectadas en el presente texto entre corchetes [].