#title Por qué soy Anarquista #author Louise Michel #LISTtitle Por qué soy anarquista #date 1896 #source [[https://web.archive.org/web/20250324085810/https://www.libertarian-labyrinth.org/anarchist-beginnings/louise-michel-why-i-am-an-anarchist-1896/][*Why I Am an Anarchist*]]. Recuperado en Noviembre 2025. #lang es #pubdate 2025-11-30T08:13:12 #topics Principios, Panfleto, Anarquismo, Anarquía, Nueva Caledonia, #notes Publicado originalmente en Liberty (UK), 3, 3 (Marzo, 1896), 26. La obra original de Louise Michel (1830-1905) está en el dominio público. Esta traducción y edición han sido realizadas por [[https://laconquistadelpanda.noblogs.org/][La Conquista del Panda]] bajo licencia [[https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.ca][CC BY-NC-SA 4.0]]. #notoc 1 Soy anarquista porque solo la anarquía, mediante la libertad y la justicia basadas en la igualdad de derechos, hará feliz a la humanidad, y porque la anarquía es la idea más sublime que el ser humano puede concebir. Es, hoy en día, la cima de la sabiduría humana, a la espera de descubrimientos de progresos inimaginables en nuevos horizontes, a medida que las épocas pasan y se suceden en un círculo cada vez más amplio. El ser humano solo será consciente cuando sea libre. La anarquía será, por lo tanto, la separación completa entre los rebaños humanos, compuestos por esclavos y tiranos, tal y como existen hoy en día, y la humanidad libre del mañana. Tan pronto como el individuo, sea quien sea, llega al poder, sufre su influencia fatal y se corrompe; utiliza la fuerza para defenderse. Él es el Estado; y lo considera una propiedad que debe utilizar en su beneficio, como un perro considera el hueso que roe. Si el poder vuelve egoísta y cruel al ser humano, la servidumbre lo degrada. Un esclavo es a menudo peor que su amo; nadie sabe cuán tiránico sería como amo, o cuán vil como esclavo, si su propia fortuna o su vida estuvieran en juego. Para poner fin a la horrible miseria en la que la humanidad siempre ha arrastrado una existencia sangrienta y dolorosa, los corazones valientes se sienten cada vez más incitados a luchar por la justicia y la verdad. La hora está cerca: acelerada por los crímenes de los gobernantes, la severidad de la ley, la imposibilidad de vivir en tales circunstancias, miles de desafortunados sin esperanza de que sus torturas terminen, la mejora ilusoria de instituciones gangrenadas, el cambio de poder que no es más que un cambio de sufrimiento, y el amor natural del ser humano por la vida; cada persona, como cada etnia, mira a su alrededor para ver de qué lado vendrá la liberación. La anarquía no dará inicio a nuevas miserias eternas. La humanidad, en su huida desesperada, se aferrará a ella para salir del abismo. Es el duro ascenso de la roca lo que llevará a la cima; la humanidad ya no se aferrará a piedras rodantes y matas de hierba, para caer sin fin. La anarquía es el nuevo ideal, cuyo progreso nada puede detener. Nuestra época está tan muerta como la edad de piedra. Ya sea que la muerte haya tenido lugar ayer o hace mil años, sus vestigios de vida se han perdido por completo. El final de la época que estamos atravesando no es más que una necrópolis llena de cenizas y huesos. El poder, la autoridad y los privilegios ya no existen para los pensadores, los artistas ni para cualquiera que se rebele contra el mal común. La ciencia descubre fuerzas desconocidas que el estudio aún simplificará. La desaparición del orden de las cosas que vemos actualmente está cerca. El mundo, hasta ahora dividido entre unos pocos seres privilegiados, será recuperado por todos. Y solo los ignorantes se sorprenderán ante la conquista de la humanidad sobre la antigua bestialidad. Me convertí definitivamente en anarquista cuando me enviaron a [[https://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_Caledonia][Nueva Caledonia]], en un barco del Estado, para que me arrepintiera de haber luchado por la libertad. A mí y a mis compañeros nos mantuvieron encerrados en jaulas como si fuéramos leones o tigres durante cuatro meses. No veíamos más que el cielo y el agua, con alguna que otra vela blanca de un barco en el horizonte, como el ala de un pájaro en el cielo. Esa impresión y la inmensidad eran abrumadoras. Tuvimos mucho tiempo para pensar a bordo, y al comparar constantemente cosas, acontecimientos y personas; al haber visto a mis amigos de la Comuna, que eran honestos, trabajadores y que solo sabían dedicar sus vidas a la lucha, tanto temían actuar mal; rápidamente llegué a la conclusión de que las personas honestas en el poder son incapaces, y que las deshonestas son monstruos; que es imposible aliar la libertad con el poder, y que una revolución cuyo objetivo sea cualquier forma de gobierno no sería más que una ilusión si solo cayeran unas pocas instituciones, porque todo está unido por cadenas indestructibles en el viejo mundo, y todo debe ser desarraigado desde los cimientos para que el nuevo mundo crezca feliz y sea libre bajo un cielo libre. El anarquismo es hoy el fin que el progreso busca alcanzar, y cuando lo haya alcanzado, mirará hacia adelante, hacia el borde de un nuevo horizonte, que tan pronto como se haya alcanzado revelará otro, y así sucesivamente, ya que el progreso es eterno. Debemos luchar no solo con valentía, sino también con lógica, para que las masas desheredadas, que salpican cada paso del progreso con su sangre, puedan beneficiarse por fin de la lucha suprema que pronto emprenderán la razón humana y la desesperación. Es necesario que se revele el verdadero ideal, más grandioso y hermoso que todas las ficciones anteriores. Y aunque este ideal aún esté lejos, vale la pena morir por él. Por eso soy anarquista. LOUISE MICHEL
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