Francisco Ferrer Guardia
Carta contra las corridas de toros y la explotación humana
Señor presidente de la Comisión Abolicionista de las Corridas de Toros.
Muy Señor mío: En contestación a la circular publicada en la prensa de esta capital, la Escuela Moderna tiene el gusto de adherirse al mitin proyectado para el domingo próximo, en contra de las corridas de toros.
Sin embargo, en nombre de la entidad que represento, me permito indicar que esta adhesión es puramente un acto de apoyo contra la bárbara fiesta, despojado de todo carácter patriótico y regionalista.
No se trata aquí de poner a Cataluña enfrente de Castilla, porque al reavivar los antagonismos que artificialmente se han creado entre regiones o naciones, en detrimento de las colectividades y en beneficio solamente de las clases directivas, se separaría esa Comisión del objeto para el cual fue nombrada: trabajar por la abolición de las corridas de toros.
Además quisiera también indicar una idea que parece encajar en este asunto, a saber: puesto que la protesta en contra de las corridas de toros ha nacido de los sentimientos nobles que poseen los iniciadores del movimiento, ¿no parecerá oportuno a esa Comisión hacer un llamamiento también para protestar en contra de los sufrimientos que hacen padecer sus propietarios a las caballerías por exceso de trabajo y escasez de nutrición?
Y puestos ya en defensa del bienestar de los animales, ¿por qué no nos ocuparíamos también de fundar una liga para la protección del hombre? Bárbaro es martirizar a un toro. Salvaje es ver a hombres vestidos de colorines bregar con una fiera para ganarse la vida; pero más bárbaro y salvaje todavía es ver, conocer y apoyar un régimen de explotación del hombre por el hombre, en el cual se aprecia tan poco la vida humana que desde el industrial que se perjudica menos por la muerte de un obrero que por la de una gallina, hasta los gobiernos que a miles les mandan a las guerras, todos somos indignos de llamarnos civilizados si no protestamos a la par que contra las corridas de toros en contra de todo martirio y de toda explotación.
Tiene el gusto de ofrecerse de usted afectísimo,
Francisco Ferrer Guardia
Barcelona, 17 de febrero de 1905