Título: Preparando la Huelga Revolucionaria
Fecha: 1902
Fuente: Recuperado desde la Fundació Ferrer i Guàrdia en Noviembre de 2025.
Notas: Publicado en La Huelga General, II año, número 11, de 1902. Transcripción por La Conquista del Panda: «Por lo que conocemos, los artículos de “La Huelga General” que escribió F. Ferrer i Guàrdia bajo el pseudónimo “Cero” (1901-1903), únicamente están escaneados (tipo imagen) en la Fundación citada. En La Conquista del Panda estamos transcribiéndolos para así facilitar su lectura y divulgación».

La experiencia, nuestro mejor maestro, nos ha sobradamente demostrado que si en algunos casos pudieron los trabajadores mejorar algo su condición, sirviéndose de la única arma que en su poder tienen, la huelga, no podrán, sin embargo, recurriendo á ella pacíficamente, emanciparse del salario, su mayor yugo opresor.

En efecto, por huelgas que hagan, y por reclamaciones que presenten, no dejarán nunca de hallarse ante el siguiente dilema: ó los patronos ven la posibilidad de resarcirse por otro lado de la ventaja que se les solicita, y en este caso ceden más ó menos pronto, ó temen que el acceder les llevará demasiado lejos, y entonces no ceden, encargándose el hambre y las arbitrariedades gubernamentales de someter á los reclamantes.

Si sucede lo primero, nada ha ganado el obrero, aunque de momento le parezca lo contrario, pues el aumento que sufren fatalmente los artículos de primera necesidad hará que tan mísero se halle el asalariado después como antes de la victoria. Cuando acaeció lo segundo, cuando el trabajador tuvo conciencia de su debilidad enfrente del hambre, de la policía brutal, de l[a] guardia asesina, de los jueces parciale[s] y de las cárceles inhumanas, fué cuando nació la idea de la huelga general.

Sino que muchos huelguistas van [á] la huelga general como los republicanos á los banquetes del 11 de febrero, creyendo que ha de bastar el mero hecho para anonadar á los enemigos. Hay que ponerse en guardia contr[a] este error.

Pasaríanse treinta años haciend[o] huelgas generales como las que se ha[n] hecho hasta ahora, y nos hallaríamo[s] tan lejos de la emancipación socia[l] como lejos se hallan los republicano[s] de conquistar la república á fuerza d[e] banquetes repetidos.

Huelga general significa acción común, instantánea, de todos los trabajadores, no para pedir estas ó aquella[s] mejoras á los amos, sino para suprimi[r] á los amos, cambiando el régimen de salario, que ha de ser injusto y explotador siempre, por un régimen de solidaridad y bienestar general. Esto es l[o] que significa la huelga general.

Así lo habían comprendido alguno[s] fabricantes de la ciudad vecina d[e] Barcelona, que al estallar la huelga g[e]neral de febrero, reuniéndose atemo[ri]zados para ofrecer á sus obreros cuantas mejoras les habían negado hast[a] aquel día y proponiéndoles mayores g[a]rantías para el provenir, pues ya creía[n] ver sus fábricas presas de las llamas terminado su reino de explotación.

Mejor sería no hacer huelga gener[al] si ella ha de ser pacífica, y preferibl[e] no hacerla revolucionaria si tuviér[a]mos que contentarnos con quemar edif[i]cios y con tomar represalias en contr[a] de nuestros verdugos. No, querid[os] compañeros. Hay que picar más alto. Que cada obrero consciente estudi[e] en si mismo lo que podría ser una [so]ciedad sin amos, autoridades ni din[e]ro; que cambie sus impresiones con s[us] compañeros en las sociedades de res[is]tencia, y que éstas influyan en las fed[e]raciones para que se discuta el asunto de huelga general. Que se llegue á un acuerdo para el modo de producción, de cambio y de repartición de productos para el día siguiente de la huelga [general], y los demás, es decir, los me[dios para] hacer victoriosa la huelga revolucionaria será ya cosa de coser y cantar.

CERO



Notas de la edición: