Stacy aka Sallydarity
El género es un arma
Coerción, dominación y autodeterminación
Iba en el bus recientemente, y un tipo cercano a mi edad se subió y se sentó frente a mí. Él, al igual que otros, estaba mirando hacia afuera de la ventana del bus a algunos hombres en vestidos rojos. Nosotros no sabíamos por qué estaban usando vestidos, pero el tipo al frente mío dijo. “Qué aterrador”. Quise decir “¿qué hay de aterrador en que hombre utilicen vestidos?”. Pero temiendo que podría verme bastante lesbiana como para que comenzara a hablar mierda de mí, no dije nada al respecto. Tan sólo me cuestioné. ¿Qué hace a un hombre en un vestido tan aterrador?, ¿y por qué la homofobia, transfobia, o como quieras llamarle, causa que los hombres se unan para hablar mierda acerca de un tipo usando un vestido sin saber siquiera por qué lo está usando? Hay muchas maneras en las que se nos enseña cual es nuestro género apropiado y cuando alguien se siente amenazado por una identidad o expresión de género, podemos adivinar que ahí yace la clave de nuestra lucha.
El género es utilizado contra nosotros, pero también podemos usarlos para liberarnos unos a otros y a nosotros mismos. Si empezamos a socavar las reglas y limitaciones del género, podemos luchar de manera más exitosa contra el patriarcado y la dominación. Al escribir esto, Espero plantar las semillas de la rebelión del género, de la solidaridad y la libertad del mismo.
He aquí un término con el que podrías no estar familiarizado: la autodeterminación del género. Autodeterminación del género significa que cada persona o comunidad es libre de determinar para ella misma la manera en la que quiere vivir y las decisiones que afectan sus vidas. En el contexto de la lucha por la autodeterminación del género significa: “honrar los derechos de cada persona a hacer sus propias decisiones respecto a su cuerpo, su identidad, lenguaje y la forma en que cada persona presenta su género… es acerca de… estar comprometido a la construcción de un mundo donde todas y cada una de las personas estén habilitadas para expresar y vivir su género y cuerpo en formas que le sean liberadoras, llenadoras y sanadoras… Es nuestra tarea el desafiar los numerosos obstáculos que limitan y usurpan las habilidades de la gente de hacer dichas decisiones para su propio bien.”” Michelle O’Brien
Entonces, ¿de qué manera es que no tenemos autodeterminación del género? Para algunas personas es ridículamente obvio, aunque para otras tal vez no lo es tanto. ¿Cómo es que no eres completamente libre de determinar lo que haces o lo que le sucede a tu cuerpo? ¿Cómo es que no eres libre de determinar tu propia identidad y presentación de género?
Los géneros aceptables en esta sociedad son hombre o niño, mujer o niña. Para la mayoría de nosotros un profesional médico determina nuestro sexo al momento en que nacemos. Si nuestros genitales son ambiguos, ellos podrían determinar quienes somos y alterar nuestros cuerpos para hacerles encajar en la categoría de hombre o mujer sin nuestro permiso. Luego, la mayoría de nosotros tendremos que vestir prendas azules o rosadas y, por supuesto, muchos de nosotros sabemos cómo somos tratados de manera diferente mientras crecemos dependiendo de ello, ha sido determinado que seremos hombres o mujeres. A menudo se nos determina qué ropa vestir, qué juegos jugar, qué tipo de juguetes encaja con nosotros, qué debería interesarnos, qué habilidades se nos anima a tener, etc. Este tipo de cosas no sólo se nos impone, sino que además podríamos ser castigados de una u otra forma si no encajamos adecuadamente y de manera aceptable en las categorías de hombre o mujer. Si se ha determinado que somos hombres, pero no somos lo suficientemente masculinos, somos llamados mariquitas, maricones, vaginas, etc. Si se ha determinado que somos mujeres, pero no somos lo suficientemente femeninas, somos llamadas perras, putas, lesbianas, o que nunca conseguiremos una pareja/marido (y, por tanto, no tenemos valor). Alrededor nuestro hemos sido coaccionados para encajar dentro de las categorías masculina o femenina y hemos sido enseñados para saber cómo debemos encajar; necesitamos cumplir ciertos requisitos empezando con nuestros cuerpos e incluyendo nuestra sexualidad, cómo actuamos, cómo lucimos y cuál es nuestro valor. Estamos hechos para pensar que existe tal cosa como un hombre y una mujer reales, y que supuestamente debemos ser el uno o el otro. Estamos virtualmente aprisionados por el género, a pesar de que podamos tener cierta libertad, si no nos comportamos apropiadamente, hay una gran cantidad de guardias de prisión esperando a ponernos en nuestro lugar. ¿Hasta qué punto elegimos este acuerdo o nuestro lugar dentro de él? ¿Cómo sería el género si tuviésemos autodeterminación de éste?
Si hemos convenido en que estamos socializados para encajar dentro de una de las categorías del género, incluso coaccionados dentro de ellas, entonces tal vez, podríamos convenir que aún no tenemos capacidad de elección en muchas formas.
¿Es éste el orden natural de las cosas o acaso es que el poder juega un rol en la división entre géneros? Piensa por qué la supremacía blanca y el racismo existen y cómo la división entre personas blancas y otras razas es reforzada en diferentes formas. No para insinuar que la supremacía blanca y el patriarcado afectan a la gente o funcionan de la misma forma, sino para comparar que las dos pueden ofrecernos algunas revelaciones acerca de cómo ambas se basan en el poder y cómo están interconectadas.
Género y poder
En mi opinión el poder tiene mucho que ver con el porqué de que estas divisiones sociales existen y se mantengan. En el caso del género, los hombres en general se benefician de esta división social. A los hombres se le da mayor acceso, más beneficios y más valor. Un hombre debe ser masculino para subir dentro de la jerarquía. Un rasgo masculino primario que sostiene al patriarcado es la dominación. La masculinidad no involucra necesariamente dominación, pero la dominación es un rasgo masculino altamente valorado. El patriarcado permite y anima a los hombres en general a controlar cosas que son consideradas más débiles o más abajo dentro de la jerarquía. Algunos hombres incluso usan el modelo patriarcal de masculinidad en contra de otros al acusarles de ser menos que un hombre (es decir, insultos que implican homosexualidad y feminidad), lo que corresponde a otro ejemplo de cómo la dicotomía de género se basa en el poder.
Ser el sostén de la familia ha sido visto como un rol propio del hombre, pero la privación económica debida al racismo y al capitalismo ha ocasionado situaciones en muchas familias pobres y de color donde el hombre no puede generar la cantidad adecuada de dinero. El patriarcado (y la colusión con hombres blancos) ha obligado a muchos hombres negros y mujeres por igual a defender la hombría de los hombres negros en el contexto de racismo patriarcal, lo que refuerza la división entre hombres y mujeres. En Killing rage, Bell Hooks escribe “Desde que la mayoría de los hombres negros (junto con mujeres y niños) son socializados para equipar la hombría con la justicia, el primer asunto a tratar en nuestra agenda debe ser el reconocimiento individual y colectivo de que la justicia y la integridad de la raza debe definirse en la medida en la que hombres y mujeres negras tengan la libertad de autodeterminarse… [La justicia] puede emerger sólo cuando los hombres negros se rehúsen a participar de esa dinámica — rehúsen de las definiciones patriarcales de hombría”. Algunas autoras negras han dicho que debido a la necesidad de los hombres de defender su masculinidad, la lucha por la liberación de su raza o clase es prioritaria sobre la lucha por la liberación de la mujer (que, al ser perjudicial para la lucha contra el racismo y defiende al patriarcado, beneficia a los hombres blancos de manera doble).
Teniendo que ya lidiar con los estándares patriarcales dentro de sus propios grupos étnicos, las mujeres de color también experimentan en distintos niveles el ser exotizadas, sexualizadas y por otra parte, deshumanizadas y tratadas como propiedad por personas blancas. Esta es la experiencia de muchas mujeres a las que se les ha inculcado que el ideal de feminidad es el de la mujer blanca económicamente privilegiada. Piensa en las imágenes de mujeres en los medios, quién se favorece y quién no. Piensa en cómo el tener dinero y tiempo afecta a la capacidad de una mujer de performar apropiadamente su feminidad.
Patriarcado significa básicamente gobierno de los hombres. Esto funciona tanto en formas abstractas y sistémicas como de manera tangible entre individuos. Se trata de discriminación y especialmente acerca de control y devaluación. Se manifiesta como abuso, violencia en contra de las mujeres, falta de respeto, control sobre la sexualidad y el cuerpo de las mujeres, cosificación y estándares de bellezas y de la devaluación de las contribuciones, visiones y opiniones de las mujeres, etc. Muchas feministas han argumentado simplemente que las mujeres son las oprimidas y los hombres los opresores.
Es obviamente más complejo que esto. Ciertamente hay hombres (blancos, ricos y heterosexuales) que están en una posición de control, pero algunas mujeres, personas queer, personas de color y otras minorías están ganando acceso a algunos privilegios en mayor medida de lo que tenían previamente. ¿Tienen acaso que aceptar el sistema para acceder a sus privilegios? ¿Tienen que dominar a otros para ganar y mantener esa posición? Ciertamente, el sistema del cual se están privilegiando se basa en la explotación, la codicia, la competición, el imperialismo y la jerarquía de divisiones sociales. Este sistema puede tener mayor éxito al permitir a un pequeño número a acceder a una porción de la riqueza y poder de la élite (y más personas a menores grados). Esto es producto de que la (a menudo falsa) promesa/posibilidad de riqueza y poder, o al menos de una vida confortante (así como, en la otra cara de la moneda, la realidad de trabajar constantemente y luchando sólo para sobrevivir) evitan que la gente resista o luche contra esos sistemas de poder y todo aquello que los mantiene. Además, la escasez de riqueza y poder produce que la gente con algún privilegio se siente amenazada, llevándolos a aferrarse a cuanto poder como puedan, manteniendo estas jerarquías sociales en su lugar. El capitalismo, la supremacía banco y el patriarcado, con la dominación como su base, funcionan de manera interconectada.
Debido a la complejidad con la cual el patriarcado debe ser visto, debemos considerar al patriarcado no sólo como el gobierno de los hombres, sino también como el gobierno de todos aquellos que están coludidos con él y practicando lo que es el valor de la masculinidad patriarcal: la dominación. O tal vez deberíamos utilizar el término patriarcado sólo cuando estemos hablando acerca del gobierno de los hombres, y deberíamos usar el término opresión de género en otros casos (cuando se relaciona con el género). Los hombres no son los únicos que se benefician de la opresión de género. Hombres heterosexuales y mujeres se privilegia de la opresión hacia las personas queer. La gente que encaja dentro de las categorías de género apropiadas de mejor manera que el resto se privilegian de la opresión hacia las personas que no pueden encajar dentro de esas categorías.
Yo sostengo que las divisiones de género son, para la mayor parte, creadas dentro del contexto de poder y que las fronteras dibujadas entre hombres y mujeres son una decepción. Con esto no estoy diciendo que no existen diferencias entre hombres y mujeres, sino que el género es más similar a un espectro que a una dicotomía.
Tal vez la metáfora de frontera nos sea algo útil. En lo que respecta a la frontera entre Estados Unidos y México, de la cual vivo cerca de 200 millas, vemos que ésta, así como muchas otras fronteras nacionales, son hechas por el hombre sólo para preservar una diferencia conceptual entre lugares y personas. Existen diferencias geográficas, diferentes personas y culturas, pero las fronteras sugieren que existe alguna diferencia absoluta entre lo que está entre ambos lados. Esto también invisibiliza a nativos y otras personas que viven a lo largo de las fronteras. Para los intereses de aquellos en el poder, las fronteras crean un “nosotros versus ellos” mentalmente, mientras que la realidad de nuestras diferencias fuera de las relaciones de poder es meramente trivial.
Incluso si crees que existe alguna diferencia biológica esencial entre hombres y mujeres que es la causa de cómo las ideas de “mujer real” y “hombre real” existen, debe admitirse que existe una amplia variedad de formas de ser una mujer o un hombre, y que existen personas que no se identifican con ninguna de ellas.
La idea de que existe un aspecto esencial de una mujer que la hace diferente de un hombre puede ser rechazada hasta cierto punto por la enorme variedad de experiencias respecto a ser una mujer. La feminidad varía por raza, clase, edad, sexualidad, capacidad, tamaño y más. ¿Podrías nombrar una cosa que todas las mujeres (y nadie más) compartan en común? Si ese es el caso, ¿Eso elimina la experiencia de alguna otra persona (cualquier persona que sea intersexual o transgénero por ejemplo)? El esencialismo, la idea de que existen diferencias esenciales entre dos grupos, es un concepto problemático. Ha sido utilizado en contra de algunas razas no blancas con propósito de ideas de eugenesia — que la gente de color tiene tendencias criminales o menor inteligencia y que por tanto merecían ser forzados a ser esterilizados. Y por supuesto, fueron las mujeres y no los hombres quienes tendieron a ser esterilizadas. Diversas personas han criticado al esencialismo de género y los modelos de feminidad como basados en privilegios de raza o clase, como en el caso del feminismo blanco. “el patrón jerárquico de las relaciones de raza y sexo ya establecidos en la sociedad americana simplemente tomó una forma diferente bajo el “feminismo”: …la forma de mujeres blancas escribiendo libros con la intención de tratar sobre la experiencia de la mujer americana cuando en realidad se concentraban solamente en la experiencia de la mujer blanca…” escribió Bell Hooks en Ain’t I a Woman.
No deseo discutir respecto a la naturaleza humana, sino más bien poner ideas sobre las diferencias existentes en el contexto del poder, y traer a primer plano las realidades de vidas que son marginadas o invisibilizadas.
Generalizar es fácil y es incluso más fácil pensar en términos de simples categorías. Es más fácil el justificar divisiones sociales y opresión con simplicidad, pero los humanos somos mucho más complejos. ¿Por qué es que aquellos que trascienden de las categorías de género representan tal amenaza (y por tanto un blanco de violencia y acoso)? ¿Es porque el acto de no ajustarse lo suficiente a los estándares patriarcales de género lanza una llave inglesa a los sistemas de control y dominación? El género es socialmente construido en base a la idea de que el género puede dividirse simplemente en dos categorías y exponerlo de otra forma es minar aquello en lo cual se basa la opresión de género.
Un buen ejemplo sobre cómo el género es un constructo social es el caso del vello corporal. Piensa en cómo reacciona la gente hacia una mujer con vello axilar (o un pequeño bigote). De alguna forma ella representa una amenaza, o ella es sólo poco higiénica — incluso cuando el vello crece naturalmente en aquellos lugares. ¿No es acaso interesante que nuestro concepto del cuerpo femenino sea el de un cuerpo depilado? Podemos concluir que esta idea de género no se basa en ningún concepto de diferencia real, natural o biológica entre los géneros, sino más bien en la dominación patriarcal y capitalista. (Sí, las mujeres tienden a tener menor vello corporal que los hombres, pero algunas mujeres son más velludas que otros hombres)
Debemos considerar cómo las divisiones de género han sido históricamente moldeadas dentro de las relaciones de poder. Una dimensión interesante del concepto de género es la teoría de Butch Lee y Red Rover sobre las conexiones entre capitalismo, raza y género presente en Night Vision:
Entendiendo que la raza ha sido políticamente construida por el capitalismo para llevar a cabo roles de clase, sólo hay un paso para ver que lo mismo corre para el género. La mentalidad arraigada del capitalismo de que este tipo de cosas son de algún modo naturalmente determinadas, biológicamente fijas, es difícil de romper… estas diferencias físicas menores son sólo un punto de referencia para la vasta supraestructura de raza que el capitalismo mundial ha creado… Cuando el capitalismo europeo reformó el género bajo sus reglas, también lo hicieron sobre la clase y la raza. Las mujeres blancas debían ser anormalmente “femeninas” — lo que quiere decir débiles, delicadas, dependientes, “blancas como un lirio”, confinadas en casa, cuidadoras para el hombre, “seductoramente” satisfactorias para la dominación masculina. Sólo las mujeres de clase alta y media, la dama y la ama de casa podían realmente convertirse en esta mujer artificial, por supuesto. Por definición, las mujeres de clase baja y colonizadas fueron excluidas, le fallaron al género, podríamos decir que la raza se convirtió en el género. Porque la formación de la raza blanca implicó la politización y la desintegración de la mujer para hacerla encajar dentro de “lo blanco”, el capitalismo europeo rehízo artificialmente a su mujer físicamente más débil, doméstica y dependiente.
Butch Lee y Red Rover también argumentan en el mismo libro que el capitalismo empezó con los juicios a brujas — el genocidio de la mujer y la acumulación estatal de su propiedad. Activistas, organizadoras, teóricas y similares pueden dar vueltas y vueltas intentando determinar qué opresión vino primero, qué formó a qué, qué es más importante de combatir, etc. Aquellos que se enfocan en la clase y/o la raza, a menudo dejan la discusión de la opresión de género en el polvo, si es que acaso no las referencian simplemente. Es necesario ver las interconexiones sin importar en qué opresión nos estamos enfocando.
Libertad para todos los géneros
En el contexto de estas relaciones de poder tiene sentido para cualquier movimiento de liberación el abordar el complejo sistema de jerarquías. Apuntando nuestro foco hacia el género, ¿cómo podemos luchar por la libertad para todos los géneros?
¿Todos los géneros?
Somos un movimiento de mujeres masculinas y hombres femeninos, travestis, hombres y mujeres transexuales, intersexuales nacidos en el barrido anatómico entre mujer y hombre, transgresores de género y muchas otras personas de sexo y género variados, y nuestros otros significativos. Todo esto dicho, nosotros ampliamos el entendimiento de cuantas formas existen de ser humano. Nuestras vidas son prueba de que el sexo y el género son mucho más complejos que lo que puede determinar la mirada de un médico sobre los genitales en una sala de parto, más jaspeado que ropas de nacimiento rosas o azules. Somos oprimidos por no ajustarnos a estas estrechas normas sociales. Por eso peleamos de vuelta.
Leslie Feinburg. TransLiberation
Aquellos entre nosotros que actúan y hablan como si sólo existieran hombres y mujeres deberían examinar sus suposiciones y ampliar nuestra mirada. Existe una gran variedad de formas de identificarse, performar y expresar el género. Con base en las experiencias actuales de la gente, más que una clasificación científica o un pensamiento patriarcal, el género es más fluido que binario.
El negar la fluidez del género es negar la experiencia de muchas personas. Es también común dentro de las comunidades donde la no conformidad de género y la variedad de género es marginalizada o invisible, el asumir que esas cosas provienen de un privilegio de raza o clase, lo que también implica el negar la experiencia de muchas personas y más aún, marginalizarlas.
El género está también íntimamente conectado con la sexualidad. Ya sea que uno se vea o actúe de manera aceptable en relación con un género apropiado según los estándares de nuestra sociedad o no, la libertad para hacer o no hacer aquello que queremos o no con nuestros cuerpos y nuestro amor se ve restringido de muchas maneras. Por tanto, la autodeterminación del género debiese incluir también la libertad de una sexualidad consensuada entre todos los géneros.
Piensa acerca de la opresión que una persona debe enfrentar al no identificarse con o performar el género que se espera para ella. (¿Por qué se debe esperar algo?) Considera la seguridad de una persona que es transexual, transgénero, no binaria o cualquier otra variante dentro de la identidad de género. Si una persona desea o necesita vivir como el “género opuesto” al cual él/ella nació, su capacidad de transicionar a tal género podría afectar su sobrevivencia (tanto en términos de posible violencia o en la falta de conseguir un buen trabajo, etc. o incluso ambos) Emi Koyama escribió en “Manifiesto Transfeminista”: “Puesto a que nuestras identidades son construidas dentro del ambiente social en el cual nacemos, una podría argumentar que la discontinuidad entre la identidad de género propia y el sexo físico es problemática sólo porque la sociedad está activamente manteniendo un sistema de género dicotómico. Si el género propio fuera un factor insignificante en la sociedad, la necesidad de las personas trans de modificar sus cuerpos para encajar dentro de la dicotomía de los géneros se vería muy disminuida, aunque probablemente no por completo.” Las personas transexuales y transgénero a menudo requieren servicios de la comunidad médica con el fin de transicionar (La transición describe la capacidad de una persona transgénero de ser aceptada como su género de preferencia. El término se refiere primariamente a la aceptación por personas que el individuo no conoce, o que no saben que el individuo es transgénero – Wikipedia) Sin embargo, de manera similar a cómo el ser homosexual fue y es considerado el tener una enfermedad, a menudo se considera que la gente de género fluido tiene “disforia de género” o “trastorno de identidad de género” basándose en conceptos de “normalidad” y “anormalidad”. La institucionalidad médica es también la primera que determina nuestro género.
Opresión de género institucionalizada
Es importante considerar cómo la organización médica es una institución de la opresión de género. Existe toda una historia patriarcal y heteronormativa de desarrollo de la medicina occidental. La falta de respeto hacia la mujer y sus elecciones, la falta de investigación no sexista en relación a la salud de la mujer, la negación de la experiencia femenina como en el caso del síndrome premenstrual, la falta de respeto hacia las personas queer (incluso considerandoles como locos o enfermos), la falta de investigación adecuada en relación al SIDA y tratamientos de costo abordable, la falta de respeto hacia personas intersexuales, la mutilación no consensuada de la mayor parte de las personas intersexuales, la circuncisión de una mayoría de niños sin su consentimiento, las estrictas reglas acerca de cómo una madre debiera parir a sus bebés, el alto costo de los abortos, el alto riesgo de la contracepción, la falta de educación apropiada respecto a los métodos de screening para VPH, el cual provoca cáncer cervicouterino, la falta de respeto hacia las personas transexuales y de otros tipos de variantes de género (y así sucesivamente)… sin mencionar que el hecho de ser pobre o tener características morenas lleva a un desprecio y falta de acceso y cuidados apropiados y oportunos. Todo esto es un ejemplo de opresión de género institucionalizada
La opresión de género institucionalizada puede incluso ser tan simple como ir al baño. Muchos de nosotros ni siquiera tenemos que pensarlo. O tal vez recordamos la historia de cómo se argumentó en contra de la ley de igualdad de derechos porque se dijo que eventualmente hombres y mujeres tendríamos que compartir los baños públicos. ¿Qué tal si tienes que evitar ir a un baño público porque no sabes si estás seguro al hacerlo? Es posible que muchas personas transexuales, transgénero y de otras variantes de género no logren pasar como un género apropiado para poder “pertenecer” a cierto tipo de baño u otro.
La reacción de las otras personas es una situación que puede ser tratada como una cuestión de seguridad o acoso o a lo más una expresión extraña en la cara de alguien, pero una persona puede llegar a ser despedida o incluso arrestada por entrar al baño “equivocado”. Un reporte sobre baños en el sitio web del Transgender Law Center declaró: “Los baños refuerzan el actual sistema de género. Los baños son un recordatorio estructural diario de que debemos saber a cada momento si nos identificamos o no como mujer u hombre. Hombre y mujer, esas son nuestras únicas opciones. ¿Por qué debemos artificialmente dividir la inmensa diversidad de género dentro de dos grupos? ¿por qué es tan importante que nos aliviemos sólo con aquellos que están alineados dentro del mismo grupo que nosotros?
¿Qué tal si eres una persona de género fluido y tienes que ser encarcelado? Piensa en investigaciones al desnudo, acoso, asistencia médica inapropiada, abuso verbal y físico… ¿Y qué hay del empleo…?
Casi toda institución social está fundada en el supuesto de que la gente puede y encajará apropiadamente dentro de sus categorías de género. Esto no es libertad.
Autodeterminación del género
“La continua opresión de la mujer sólo prueba que en cualquier binarismo habrá alguien arriba y alguien abajo. La lucha por la igualdad de derechos debe incluir la lucha para desmantelar el binarismo”
Gender Outlaw
“Cuando decimos que estamos luchando contra el patriarcado, no siempre es tan claro para todos nosotros que eso implica luchar contra toda jerarquía, todo liderazgo, todo gobierno, contra la idea misma de autoridad”
Peggy Kornegger. Anarquismo: la conexión feminista
Podemos ser aprisionados por el género, pero también podemos usar al género para liberarnos a nosotros mismos y a cada persona. Debemos abordar estas divisiones rígidas y mutuamente exclusivas del género como falsas y considerar cómo ellas son usadas en contra de las personas. Esta división social de géneros, la dicotomía de género, es aquello en lo cual se basa el patriarcado, la homofobia y la transfobia.
¿Deberíamos acabar con la dicotomía de género, deshacernos del género? En un ensayo llamado “Politizando el género: Avanzando hacia una política revolucionaria de género” la autora, Carolyn escribió:
Para muchos antiautoritarios puede existir la tentación de “abolir el género” o “destruir los roles de género.” Esto parece lógico para algunos. Sin embargo, creo que esto también nos lleva a una forma alternativa de autoritarismo… una revolución de género será significativa sólo si empodera sustantivamente a cada uno… El género debe ser liberado, pero todos debemos tener una voz respecto a qué significa esto, no desde una teoría abstracta predeterminada, sino por una síntesis de experiencias de personas reales. Desde este punto, creo que veremos que muchas personas encontrarán liberadores a los roles de género, mientras que otras experimentan seriamente la opresión por medio de estos roles. Cualquier estrategia que busque la liberación de mantener la integridad de todas nuestras experiencias y debe estar dispuesta a cuestionarse cómo diferentes comunidades pueden aceptar necesidades divergentes y antagonistas sin crear una atmósfera de punitivismo silente y violencia real.
La lucha por la autodeterminación del género debería incluir el desmantelamiento de la dicotomía de género — pero no en la medida en que las identidades de género sean remplazadas por androginia o ausencia de géneros, que cualquier identidad de género sea prohibida, ni que las personas que se ajustan a las formas aceptadas de ser hombre o mujer sean despreciadas. El desmantelamiento de la dicotomía de género es un proceso de observar la división social de género como una basada en las relaciones de poder, para combatir dicho poder, para aceptar una variedad de formas de expresarse y performar el género, para desestabilizar las ideas de un “hombre real” o una “mujer real”, para respetar las decisiones de las personas acerca de cómo se identifican y qué lenguaje utilizan con respecto a su identidad (pronombres, etiquetas, etc.). Lo que cada uno de nosotros puede hacer depende de nuestra posición en la jerarquía de género. Abordando nuestro privilegio, dónde lo tenemos, escuchar a otros, superando supuestos, confrontando la dominación, abordando los límites a los que se nos ha forzado, siendo desleal al patriarcado, y buscando nuestra propia identidad con la visión de un mundo sin la coerción de la dicotomía de género y el patriarcado. Todos aquellos que somos subyugados por la opresión de género necesitamos ser solidarios unos con otros. Aquellos quienes se privilegian de la opresión de género necesitan ver dónde ellos también son reprimidos por las expectativas patriarcales y la falta de alternativas de expresión. Necesitamos buscar aquellas cosas que amenazan la estructura de poder patriarcal y usarlas en contra de éste. Necesitamos unirnos en contra de la masculinidad patriarcal. Es necesario minar el acceso asumido que tienen los hombres al privilegio y el control.
Necesitamos ver las interconexiones de las opresiones y hacer que nuestra meta sea la liberación de todas ellas. Michelle O’Brien escribió en un artículo llamado “Escaramuzas de género en los límites; Notas sobre identidad de género, autodeterminación y lucha anticolonial”:
Una política revolucionaria de autodeterminación debe también ser acerca de reconocer y desafiar los sistemas de supremacía blanca, capitalismo y neocolonialismo. La autodeterminación no se trata solamente de hacer decisiones individuales — se trata de comunidades, clases y naciones tomando el control de sus propios destinos desde las garras de la dominación del capital, la violencia estatal y la colonización. Una política sustancialmente radical de género debe desafiar todas las estructuras de dominación puesto a que ellas están profundamente interconectadas en la superficie de nuestras vidas y del planeta.
Debemos abordar y confrontar la opresión institucionalizada de género. Algunos encontrarán necesario pensar en términos de reformas, mientras que otros buscarán justicia y soluciones a través de la acción directo. Debemos abordar nuestras propias actitudes y acciones, aquellas dentro de nuestra comunidad, y la opresión de género en una escala mayor.
La autodeterminación es una libertad que, en última instancia, requiere que no seamos gobernados ni por el estado ni por nadie. El estado, que encarna la dominación, busca controlar nuestros cuerpos y nuestras vidas. Ninguna autoridad puede deciernos quienes somos, y ninguna tiene el derecho de controlar nuestros cuerpos.
No podemos simplemente decir que la lucha contra el patriarcado es una lucha por la libertad de más de la mitad de la población. Nosotras sabemos que no es ni ha sido el objetivo de todas las feministas el liberar a todas las mujeres; que el racismo y el clasismo ha permeado gran parte del movimiento feminista convencional. No obstante, aquellas entre nosotras que somos feministas sabemos que el movimiento feminista ha sido criticado de racista más que los movimientos basados en la raza o clase han sido criticados de sexistas. También sabemos que muchas feministas (particularmente anarcafeministas) han luchado y siguen luchando por la libertad contra todo tipo de opresión.
Mi visión del anarcafeminismo es un feminismo que es anarquista, no sólo en el sentido de que el objetivo no es “igualdad” con los hombres dentro de un sistema basado en la dominación, sino que también en el sentido de que cuestionamos las bases según las cuales las divisiones de géneros y roles están moldeadas por el poder.
No tiene sentido alguno el por qué la autodeterminación y la libertad del patriarcado pueden ser tan fácilmente dejadas de lado de las discusiones sobre el poder y están ausentes en los movimientos de liberación. En tanto no se aborde el patriarcado, la dominación será un valor central en nuestra sociedad, las personas serán oprimidas con base en su género o sexualidad y la libertad no será posible.
La opresión de género es una opresión increíblemente antigua. Es probable que la falta de voluntad de las personas para abordarlo a mayor escala se deba a que es demasiado abrumador. ¿Cómo podemos cambiar las actitudes arraigadas?, ¿cómo nos han enseñado a pensar y actuar? Otra compleja dimensión del problema es que, para muchos de nosotros, la opresión de género es una experiencia muy personal. ¿Cómo podemos empoderarnos a nosotros mismos y a cada uno para luchar en contra de la opresión de género? Estos son temas sobre los cuales necesitamos pensar, hablar al respecto y crear estrategias.
Otras fuentes
“Politicizing Gender: Moving toward revolutionary gender politics”, por Carolyn: www.spunk.org/library/pubs/lr/sp001714/gender.html
“Gender Skirmishes on the Edges; Notes on gender identity, self-determination and anticolonial struggle”, por Michelle O’Brien: www.deadletters.biz/skirmishes.html
“Intersex and Trans Demands” www.geocities.com/gainesvilleavengers/intersextransdemands.htm
My Gender Workbook, por Kate Bornstein
TransLiberation, por Leslie Feinberg
Transfeminist Manifesto, por Emi Koyama www.transfeminism.org/pdf/tfmanifesto.pdf
“Politics of Safety in Women-Only Spaces: An Opening Statement for the Dialogue” www.eminism.org/readings/bitch-mwmf.html
Trans/Gender Variant in Prison Committee (sitio web) www.prisons.org/TIP.htm
Sylvia Rivera Law Project (sitio web) www.srlp.org/ (revisar la sección “issues”)
Intersex Society of North America (webpage) www.isna.org/
The Will to Change, por Bell Hooks
Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity, por Bruce Bagemihl